El Museo Cerralbo recrea el universo del aseo y cuidado personal a finales del siglo XIX, un recorrido por la historia de la higiene y la cosmética a través de espacios y objetos, algunos cuanto menos curiosos, destinados a la Toilette.
El culto a la imagen y el cuidado personal que tanta influencia ejercen en nuestros días comenzaron a tomar fuerza a finales del siglo XIX, momento a partir del cual la imagen y el aspecto personal empiezan a adquirir especial protagonismo.
El culto a la imagen y el cuidado personal que tanta influencia ejercen en nuestros días comenzaron a tomar fuerza a finales del siglo XIX, momento a partir del cual la imagen y el aspecto personal empiezan a adquirir especial protagonismo.
Dormitorio en Museo Cerralbo |
El Palacio Cerralbo es hoy una espectacular casa-museo, un aspecto singular y único que hace de este espacio un marco inmejorable para acoger la muestra: Toilette, la higiene a finales del siglo XIX. Y es que la propia familia Cerralbo usó varias de las soluciones higiénicas que se dieron en la época conservando por ello espacios y piezas únicas que constituyen fiel testimonio de la historia de las artes decorativas y de la estética en nuestro país.
En la muestra se pueden observar la Toilette de la casa así como el tocador femenino, accesorios de higiene y cosmética de las marcas más conocidas de la época e incluso una cuidada selección gráfica de pinturas, grabados y carteles publicitarios de firmas tales como La Toja o Jacob Delafon.
Retrete de la firma inglesa Doulton |
Nacen en aquel momento las primeras marcas comerciales estéticas (Gal, Dlorin, Floraria...) los salones de belleza, las peluquerías y comienzan a democratizarse el concepto de moda y estilo. Una época realmente fascinante que se mueve entre las corrientes del historicismo y el modernismo y que ineludiblemente tiene su reflejo en el campo de las artes.
Polvera francesa |
La muestra se completa con actividades infantiles y para adultos, un catálogo completo de la exposición, recetas cosméticas originales de la época e incluso una selección de cosméticos, de edición limitada, de la firma Jabones Siracusa inspirados en este contexto fin de siécle.
Sin duda una exposición diferente que descubre lo maravilloso de lo cotidiano e ineludible para amantes de los objetos de cosmética vintage, entre los cuales me encuentro.
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